Hay un sector que a lo largo de los últimos años no solo ha logrado capear el temporal de la crisis sino que incluso ha conseguido crecer. Según el informe La franquicia española en el mundo, el sector español de las franquicias ha logrado incluso consolidarse a nivel internacional donde, en el último año, se han abierto más de 15.000 unidades de negocio. La moda ha sido, sin duda la industria con mayor empuje pero también han logrado una buena acogida internacional negocios en otros ámbitos como la belleza o la dietética. Sectores aparentemente diferenciados entre sí que, sin embargo, comparten unas necesidades de comunicación muy similares en las que Internet se convierte en el canal perfecto.
Habitualmente las empresas tienen un sesgo comercial muy marcado que las divide entre aquellas que tienen su público en el consumidor final (B2C)y aquellas dedicadas a vender productos y servicios a otras empresas (B2B). Unas y otras configuran sus esfuerzos de marketing y comunicación en función de esa tipología. Pero en el sector de la franquicia ambas necesidades se solapan. La marca necesita contactar con emprendedores para mostrarles los atractivos de hacer negocios con ella. Sin embargo la franquicia también necesita llamar la atención del cliente final para, precisamente, seguir manteniendo ese atractivo sobre los inversores.
Es difícil combinar ambas estrategias pero en lograrlo está precisamente la clave del éxito de la marca. Para conseguirlo Internet y las posibilidades de segmentación que ofrece el marketing online y el marketing de contenidos se convierten en un aliado absolutamente imprescindible. A través de la estrategia digital debemos disponer de los medios para:
- Dar visibilidad a la marca y captar a posibles franquiciados: construyendo una Web corporativa con información sobre la franquicia y las oportunidades de negocio que ofrece, haciendo la marca accesible a través de su presencia en redes y portales profesionales, desarrollando una estrategia proactiva de comunicación que la lleve a publicar contenido de utilidad para su sector y para los potenciales franquiciados.
- Atraer clientes a las franquicias: Pese a parecer el aspecto más obvio es el que con mayor frecuencia pierden de vista algunas marcas. El atractivo de la franquicia está directamente relacionado con la capacidad de su marca para atraer nuevos clientes a las tiendas y este aspecto se puede -de hecho se debe- potenciar desde Internet a través de promociones en redes sociales, campañas de publicidad en buscadores e, incluso, altas en directorios locales y ayuda al franquiciado en su propia gestión de la presencia en Internet.
- Fomentar la comunicación y la colaboración entre las franquicias: Internet no solo nos permite trabajar en la promoción y la captación; también nos ayuda a mejorar el contacto entre todas las personas vinculadas a la marca para poder compartir en la red de franquicias de la misma desde proveedores de referencia hasta tácticas efectivas de promoción.
Las franquicias más potentes y las que mejor combinan los elementos anteriores son las que tienen mayores posibilidades no sólo de resultar una opción de negocio atractiva sino de convertirse en marcas de éxito tanto a nivel nacional como internacional.
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